La historia de Túnez es un largo vaivén entre África, Oriente y Occidente. Medinas, fortalezas, ruinas romanas… siete lugares y monumentos que han sido inscritos por la Unesco en la Lista del patrimonio mundial por su valor cultural: son los sitios de Cartago, Dougga, El jem y Kerkouane así como las medinas de Túnez, Kairuán y Susa.

Túnez ha realizado una armoniosa síntesis de múltiples influencias. Refugiados andalusíes, artesanos italianos o comanditarios turcos, todos han dejado allí su huella. Por eso los minaretes de Testour recuerdan la arquitectura española, la cerámica de Kairuán presenta motivos otomanos, los mausoleos de los beys – soberanos de Túnez – están decorados con mármol al modo italiano. De la misma manera, los esclavos africanos liberados crearon un estilo musical específico llamado “stambali”. Esta riqueza cultural se encuentra también en la gastronomía de raíces bereberes, andalusíes, judías italianas.